El joven Pip es protagonista y narrador de una emotiva historia de iniciación en la que hay lugar para el amor y los giros del destino. Es huérfano y vive con su hermana, una mujer irascible que, aunque presume de haber criado a Pip "a mano", acostumbra a castigarlo con una vara con nombre propio. Su marido, un herrero bondadoso y débil de carácter, es el único aliado con el que cuenta el muchacho. El primer hecho excepcional de la vida de Pip ocurre cuando un preso fugado le pide ayuda en mitad de la noche: necesita víveres, una lima y, por supuesto, discreción absoluta. En caso contrario, el siniestro fugitivo está dispuesto a arrancarle el corazón y el hígado.
No es sencillo digerir semejante amenaza y además guardar el secreto, pero en breve algo mantendrá ocupada por completo la mente de Pip: conocerá a la señorita Havisham, una anciana adinerada y excéntrica que requerirá la presencia de Pip como pasatiempo para su protegida, la pequeña Estella. Pese al desprecio que le profesa la arrogante muchacha, Pip queda prendado de ella y se hace a sí mismo la promesa en convertirse en un caballero para ser digno de su amor. La oportunidad llega bajo la apariencia de un benefactor anónimo: alguien está dispuesto a hacerse cargo de sus estudios y respaldar su ascenso social.